El Instituto de los Protegidos. Capítulo 21

Capitulo 21. Sala de cine

Narra Eunhyuk

-… ¿Qué, me extrañaste?

-Jajaja, que simpático, Lee Hyuk Jae, no extraña nada ni a nadie

-No te creo, pero en fin, te digo un secreto-dijo acercándose hasta llegar a mi oído y susurrar-Yo si te extrañe-su voz me hizo sentir un escalofrió y seguido de eso acaricio mi mano suavemente

-…Venga, vamos a la asesoría

-Hyukkie, dijiste que iríamos al cine

-¿Ahora? ¿No crees que sea muy temprano? Además donde está el niño estudioso que no pude perderse ni una asesoría ¿Ah?

-El niño estudioso ya se fue, ahora solo tienes frente a tus ojos al chico que se muere por estar contigo a solas- sus palabras tan directas me hicieron sentir una leve descarga en mi espina dorsal y de no ser que estábamos en la escuela lo desnudo ahí mismo y lo hago mío, pero bueno me tenía que controlar, no era el momento ya lo había planeado y solo tenía que esperar un poco más para ello, hasta me había dado pena que él estuviera ¿Enamorado? Claro que lo estaba, actuaba como tal, o por lo menos como yo actuaba con él…

-Además Hyukkie, en las salas de cine apagan las luces, no nos afecta si es tarde o temprano.

-Ok, ok, pues vamos, pero primero iremos a comer, que me muero de hambre ¿Te parece?

-Pues como tú pagas hoy, podemos ir a donde quieras-una sonrisa apareció en mi rostro

-No me tientes Donghae, puedo pedirte ir algún lugar que no te va a gustar

-Contigo todo me gusta, iría al fin del mundo contigo si me lo pidieras-no pude responder ante sus palabras, me desarmaron por completo, jamás pensé que escucharía algo así en mi vida. Tomados de la mano como ya era costumbre nos dirigimos al estacionamiento, una vez ahí partimos a mi restaurant favorito ¿La comida? Deliciosa y divertida con todas las ocurrencias de Donghae, y sus preguntas inocentes de “Para qué sirve este cubierto” “Para que es esa cosa verde” era divertido tener que explicarle que había tenedor para ensaladas, carnes, etc. y que la cosa verde era para limpiar el paladar tras cada platillo. Luego platicamos un poco sobre la escuela, los maestros, y los alumnos, en verdad que había cada ejemplar en su salón, el presumido, el tímido, el inteligente, el tonto, el pervertido, en fin, después de un par de cítricas constructivas tanto a los maestros como al alumnado, por fin nos dirigimos hacia el cine, y como lo predije era MUY TEMPRANO, solo había como 10 personas formadas en la taquilla y cuando compre los boletos las butacas ocupadas solo eran 5, sería la primera vez que tendría una sala de cine prácticamente solo para mí.

-Bueno Donghae, ¿Quieres algo?-dije frente a la dulcería, era mi lugar favorito, palomitas, refresco, dulces, helados y demás.

-Yo…quiero…un helado

-¿Solo eso?

-Aja, de fresa por favor

-¿Seguro? No voy a salir a la mitad de la película porque quieres otra cosa

-Seguro Hyukkie, anda, anda es tu turno-dijo empujándome frente al mostrador, una vez que compre su helado de fresa y palomitas y refresco para mi, entramos a la sala. Nos sentamos en la última fila, la verdad es de lo mejores lugares para ver una película, pero nunca creí que después de ese día se convertiría en un lugar de otro tipo de entretenimiento.

La película comenzó, era sobre autos, robos, velocidad, acción y MUCHOS pero MUCHOS efectos especiales, así que el ruido de aquellas escenas era fortísimo, a la mitad de la película escuché a Hae:

-Hyukkie-dijo bajito, pero lo suficiente como para escucharlo

-Mmm-dije sin quitar mí vista de la pantalla

-Ya se me acabo mi helado

-Te lo dije

-…Es que…se me antojo otra cosa

-Hae, no voy a salir a comprarte otra cosa, te lo advertí

-Pero es que…lo que se me antoja…esta aquí-dijo eso y poso su mano sobre mi muslo acariciándolo suavemente a lo que solté un gemido, benditos efectos especiales

-¿Qué…qué haces?

-Ya te lo dije, se me antojo otra cosa-de repente se acerco a mi comenzó a besar mi cuello, pequeñas mordidas y lengüetazos que me hacían estremecer, siguió con eso, hasta me hizo despegarme un poco del asiento para así poder besar mi nuca

-Ah…Hae…Dios…detente

-Hyukkie…por favor…déjame hacerlo-esas palabras que dijo en mi oído se escucharon tan sensuales, que por un momento deje que continuara con esos besos, no niego que esto se estaba poniendo muy divertido.

De pronto con su mano derecha me hizo girar la cabeza para besarme, sus labios estaban tan deseosos, lo podía sentir, su lengua caliente jugando con la mía, y yo a la vez mordiéndolo suavemente, comenzó a gemir y a decir quedito mi nombre sobre mis labios, en serio me estaba poniendo a tono, pero termino de hacerlo cuando su mano que hasta entonces sostenía mi cara la descendió a través de mi pecho frotándolo un par de veces hasta llegar a mi pantalón y masajeo aquella zona.

-DONGHAE…basta…-dije separando su mano

-Hyukkie…ah…-dijo jadeando cuando lo aleje de mí-anda…déjame… ¿Sí?

-Donghae…esto…no podemos

-¿Por qué? Tengo muchas ganas ¿Tu no?-Joder ¿Cómo me preguntaba eso? Por Dios, estaba más duro que un fierro, pero vamos era una sala de cine, un lugar público, ¿Excitante? Mucho pero era algo peligroso

-Donghae…vamos…solo detente

-No-dijo eso y se lanzo sobre mis labios de nuevo, me mordió, chupo, e introdujo su deliciosa lengua y esa mano suya llego de nuevo a ese punto-Hay Hyukkie, pero si ya estas duro, no digas que no quieres-siguió con aquello y estoy seguro que un fuerte gemido se escapo de mis labios, pero por suerte esas 5 personas en la sala de cine estaban muy entretenidos viendo la película

-Hae…ah…mmm…vamos…ya basta…mmm…en serio…no podemos…ah…joder…no aquí…-de pronto dejo de besarme pero su mano seguía sobre mi entrepierna

-¿No aquí? Entonces ¿Dónde?-su mirada llena de lujuria me hizo desearlo más que nada en el mundo

-Salgamos, vamos…a…mi departamento-una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro

-Vamos entonces-estaba a punto de levantarse de su asiento pero lo obligue a que se sentara de nuevo-¿Qué haces? ¿No dijiste que saliéramos?

-Si…pero…solo dame un minuto ¿Sí? Acaso crees que voy a salir ¿Así?-dije mirando el gran bulto en mi pantalón, este niño me provoco una enorme erección

-Bueno, solo un minuto-se sentó tranquilamente y se recargo en mi hombro, mientras que yo trataba de apaciguar mi respiración y mi miembro, después de unos minutos algo más “relajado”, salimos de la sala de cine directo a mi departamento.