Enseñame a bailar {Eunhae}

Sé que lo estoy desesperando, sé que un día de estos me va a decir que me largue de su Academia y es que ¿Quién no se desesperaria? Soy un asco cuando se trata de coordinación, tengo dos pies izquierdos que cada que intentan seguir el ritmo hacen lo posible para que termine cayendo al piso, mis rodillas tienen moretones nuevos cada día y hasta yo he pensado en irme, en abandonar esta estúpida esperanza de poder bailar pero luego lo miro y veo como se mezcla con la música como se vuelve una marioneta ante las melodías que salen de aquel aparato y me digo a mi mismo.

Puedes hacerlo Donghae.

Desde la primera vez que lo vi bailar cuando por casualidad pasaba enfrente de la Academia me dije a mi mismo que yo lo superaria, que pondría todo mi esfuerzo por alcanzar y cumplir aquel dicho de "El alumno supera al maestro" pero creo que me puse un objetivo muy alto porque llevo más de 6 meses aquí y no veo mejoría hasta mis compañeros hacen gestos de molestia cuando debido a mi torpeza debemos detener la lección porque me tropece por décima vez.

Jamás creí que dejaría algo inconcluso en mi vida, siempre me he esforzado por alcanzar las metas que me he propuesto pero esta vez creo que tengo que renunciar.

Hoy le dire a mi profesor que es mi último día aquí, creo que se alegrará, a nadie le gusta tener a un inútil en su escuela.

Me quedo al final de lo que ha sido una de mis peores clases, tropiezo tras tropiezo han hecho dañarme el tobillo al final solo me quede mirando como el resto hacia un gran trabajo guiados por él.

-Creo que jamás bailare como tú Hyukjae.

Todos se despiden y solo quedamos el profesor y yo, me levanto con cuidado de la silla en donde estaba y me acerco a donde el aparato de música se apaga de repente.

-¿Te encuentras bien Donghae?-y quiero gritarle que ¡No! y más que por la lesión por tener que irme sin haber aprendido nada, que a pesar de tenerlo como maestro he sido un fracaso y eso es lo que me hace sentir mal, realmente mal.

-Podría estar mejor.

-Hoy te sobreesforzaste, por eso te lastimaste, descansa un par de días y si te sientes mejor toma la clase del miércoles, tomate tu tiempo, si bailas en tu condición se puede volver mas grave.

-Iré al médico por si acaso y si descansare no te preocupes...

-Me parece perfecto...

-...y por lo mismo...creo que hoy a sido mi último día aquí-su cara fue de asombro y pense que vendría acompañada de una sonrisa de "¡Por fin te largas! Ya era hora" pero en lugar de eso me miro preocupado.

-¿Te sientes muy mal? ¡Debiste decirmelo! Vayamos al hospital ahora mismo.-me sujeto del brazo pero lo detuve.

-Hyukjae no es por esto-señale mi tobillo- que me voy

-No entiendo...

-Eres muy amable, siempre lo has sido, pero no podemos ignorar lo evidente: ¡Soy un asco bailando! Siempre retraso tu clase, mis compañeros me odian por eso, tropiezo más que bailar, mis dos pies van hacia donde no deben, en fin sabes de que hablo..

-No eres tan malo...

-No mientas por favor.

-¡No estoy mintiendo! Además tienes algo que a muchos de tu clase les falta.

-¿Una atracción muy fuerte con el piso?

-Ganas. Ganas de aprender, de mejorar, tienes pasión y eso es lo más difícil de obtener si quieres bailar.

-Creo que hablas de alguien más, no de mi.

-Lee Donghae hablo de ti, solo te falta un poco más de confianza además no vas a ser un experto en 6 meses todo es poco a poco.-Juraria que todo era mentira un truco para que no me fuera y obviamente pagara el mes siguiente de lecciones pero la sonrisa que me dedicaba era demasiado auténtica no podía dudar de sus palabras, no podía dudar de él.

-Ya no quiero seguir retrasando a todos, sino fuera por mi ya sabrían miles de coreografía.

-¡No exageres! Todos tienen errores, y si eso es lo que te preocupa, el retrasar a todos, podemos arreglarlo.

Soy Lee Donghae, tengo 29 años y puedo asegurar que tengo dos pies izquierdos, llevo intentado bailar desde hace 6 años y aunque he aprendido un par de cosas el suelo y yo aun nos frecuentamos bastante seguido, pero ahora ya no me importa caerme una y otra vez, ya no pienso que soy un asco bailando porque él siempre me recuerda que no es así.

Se que le debo muchas cosas pero sólo dos merecen la pena mencionar: 

La primera le agradezco que me ame aún con todos mis defectos y la segunda es que me haya hecho bailar en este día tan especial para ambos, nuestra boda.