miércoles, 27 de noviembre de 2013

Destino [Capítulo 1]

Un día más en que Hyukjae se levanta a la misma hora, otro día más en que cruza la puerta de su apartamento para ir a su trabajo a casi una hora de su residencia. Toma la misma ruta de siempre, predecible, y mientras alguna canción melancólica suena a través de sus auriculares llega a la oficina puntual como siempre. Pasan 8 horas exactamente y él sale de ese lugar una vez más. Toma la misma ruta de regreso a casa, la misma desde hace 5 años, llega a casa y tras comer algo enciende el computador para lograr distraerse aunque sea un poco. A Hyukjae no le disgusta hacer lo mismo cada día, a decir verdad le parece algo indiferente esa situación, y quizás ese es su mayor problema, se ha conformado.

8 horas de sueño, las mínimas recomendadas por los expertos y Hyukjae está de pie nuevamente para así iniciar un nuevo día, uno igual al anterior o eso cree en cuanto sale por la puerta de su apartamento.  Al llegar al transporte no piensa en nada, solo se sumerge en aquella melodía algo rítmica que suena a través de los auriculares, y es entonces que por destino, casualidad o quién sabe qué fuerza del destino alza la cara y lo ve, ve a ese chico de cabello castaño que también sube las escaleras eléctricas y que también por casualidad en ese instante voltea dirigiendo sus hermosos ojos chocolate hacia él , el corazón de Hyukjae a sus 25 años jamás había latido de forma semejante, algo en su interior le hizo reaccionar solo cuando ese precioso niño dirigió de nuevo su vista enfrente y entonces se dio cuenta de que las escaleras eléctricas llegaban a su fin. Para Hyukjae esos fueron los 5 segundos más emocionantes de toda su existencia y por casi otro segundo casi se deprime al pensar en eso precisamente, afortunadamente logra reaccionar y cuando quiere buscar con la mirada a ese chico causante de esos latidos desaforados es demasiado tarde él chico ha desaparecido.

Hyukjae toma el control de sus acciones y sin más sale de la estación, es hora de ir a trabajar. Pero esta vez todo lo ve diferente, saluda animosamente a la chica de recepción con esa hermosa sonrisa que sólo Hyukjae posee y esta consiente que eso hace sonrojar a la mencionada, llega a su cubículo y comienza a trabajar pero ahora sus sentidos están tan alerta que casi le asusta, puede sentir el dulce aroma del café en toda la oficina y por primera vez en todo su tiempo trabajando ahí se le antoja tomar una taza de esa bebida caliente, él no lo nota o quizás sí, pero el resto de sus compañeros lo miran extrañados cuando se levanta y toma una taza de café con dos cucharadas de azúcar y regresa a su lugar, su sabor le parece extraordinario, casi como si fuera el más selecto café y la realidad es que es sólo una taza humeante con café instantáneo.


Las horas se le pasan tan rápido que no puede creer que ya sean las 5 y tiene que irse a casa, se levanta de su silla y se despide de los chicos que aún siguen en la oficina, una vez más estos lo miran extrañados. Toma el transporte y casi inconscientemente le ruega a Dios porque ese precioso chico de ojos chocolate aparezca delante de él. Pero Dios parece estar ocupado porque no cumple con sus ruegos, una sonrisa amarga aparece en sus labios y resignado llega a casa para completar la rutina de siempre. Una vez en su cama no puede pegar un ojo, vueltas y más vueltas sobre aquellas sábanas que solo se enredan sobre su cuerpo haciendo que el calor lo invada, opta por aventarlas todas al suelo pero aún así no concilia el sueño y es que su mente no deja de pensar en ese chico de las escaleras, en esa mirada que sintió en lo más profundo de sus huesos y que le hizo latir el corazón de manera casi dolorosa. Tuvo que imaginar que aquella noche semejante castaño estaba en su cama abrazándolo y dándole cobijo, sólo así pudo dormir.