Un día más en que Hyukjae se levanta a
la misma hora, otro día más en que cruza la puerta de su apartamento para ir a
su trabajo a casi una hora de su residencia. Toma la misma ruta de siempre,
predecible, y mientras alguna canción melancólica suena a través de sus
auriculares llega a la oficina puntual como siempre. Pasan 8 horas exactamente
y él sale de ese lugar una vez más. Toma la misma ruta de regreso a casa, la
misma desde hace 5 años, llega a casa y tras comer algo enciende el computador
para lograr distraerse aunque sea un poco. A Hyukjae no le disgusta hacer lo
mismo cada día, a decir verdad le parece algo indiferente esa situación, y
quizás ese es su mayor problema, se ha conformado.
8 horas de sueño, las mínimas
recomendadas por los expertos y Hyukjae está de pie nuevamente para así iniciar
un nuevo día, uno igual al anterior o eso cree en cuanto sale por la puerta de
su apartamento. Al llegar al transporte
no piensa en nada, solo se sumerge en aquella melodía algo rítmica que suena a
través de los auriculares, y es entonces que por destino, casualidad o quién
sabe qué fuerza del destino alza la cara y lo ve, ve a ese chico de cabello
castaño que también sube las escaleras eléctricas y que también por casualidad
en ese instante voltea dirigiendo sus hermosos ojos chocolate hacia él , el
corazón de Hyukjae a sus 25 años jamás había latido de forma semejante, algo en
su interior le hizo reaccionar solo cuando ese precioso niño dirigió de nuevo
su vista enfrente y entonces se dio cuenta de que las escaleras eléctricas llegaban
a su fin. Para Hyukjae esos fueron los 5 segundos más emocionantes de toda su
existencia y por casi otro segundo casi se deprime al pensar en eso
precisamente, afortunadamente logra reaccionar y cuando quiere buscar con la
mirada a ese chico causante de esos latidos desaforados es demasiado tarde él
chico ha desaparecido.
Hyukjae toma el control de sus acciones y sin más sale de la estación, es hora de ir a trabajar. Pero esta vez todo lo ve diferente, saluda animosamente a la chica de recepción con esa hermosa sonrisa que sólo Hyukjae posee y esta consiente que eso hace sonrojar a la mencionada, llega a su cubículo y comienza a trabajar pero ahora sus sentidos están tan alerta que casi le asusta, puede sentir el dulce aroma del café en toda la oficina y por primera vez en todo su tiempo trabajando ahí se le antoja tomar una taza de esa bebida caliente, él no lo nota o quizás sí, pero el resto de sus compañeros lo miran extrañados cuando se levanta y toma una taza de café con dos cucharadas de azúcar y regresa a su lugar, su sabor le parece extraordinario, casi como si fuera el más selecto café y la realidad es que es sólo una taza humeante con café instantáneo.
Las horas se le pasan tan rápido que
no puede creer que ya sean las 5 y tiene que irse a casa, se levanta de su
silla y se despide de los chicos que aún siguen en la oficina, una vez más estos
lo miran extrañados. Toma el transporte y casi inconscientemente le ruega a
Dios porque ese precioso chico de ojos chocolate aparezca delante de él. Pero
Dios parece estar ocupado porque no cumple con sus ruegos, una sonrisa amarga
aparece en sus labios y resignado llega a casa para completar la rutina de
siempre. Una vez en su cama no puede pegar un ojo, vueltas y más vueltas sobre
aquellas sábanas que solo se enredan sobre su cuerpo haciendo que el calor lo
invada, opta por aventarlas todas al suelo pero aún así no concilia el sueño y
es que su mente no deja de pensar en ese chico de las escaleras, en esa mirada
que sintió en lo más profundo de sus huesos y que le hizo latir el corazón de
manera casi dolorosa. Tuvo que imaginar que aquella noche semejante castaño
estaba en su cama abrazándolo y dándole cobijo, sólo así pudo dormir.